El valor de asumirse puto
Aceptarse puto es tomar conciencia de que constantemente uno se está enfrentando al rechazo de los dinosaurios agazapados. En este contexto, salir del closet es salir a la guerra contra la norma. El pibe que me ayudó a aceptarme nunca se dio cuenta del rol que ocupó en mi vida. Lo miraba desde lejos, porque los putos tenemos que acercarnos con cuidado. Siempre desde lejos, porque tirarle onda era un deporte de riesgo. No por él, el pibe no tenía pinta de ser violento, sino porque tenía miedo de que el resto se diera cuenta y me convirtiera en el centro de todas las burlas, porque la utopía de garchar con él tenía cierto encanto, y porque la distancia vuelve hermoso lo inalcanzable. Me mantenía escondido en lo que creía que era un refugio. Aún no me había dado cuenta de que el closet no era una zona de confort. El closet era el miedo en su estado más puro. Me gustaba por algo que era más grande que él: reflejaba mi putez. Me entusiasmaba la idea de encontrar en su piel lo que había es...